Saturday, August 20, 2011

VUELA SOBRE LA TORMENTA.

¿Sabías que un águila sabe cuando una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?

El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán.

Cuando la tormenta cae, coloca sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta este destrozando abajo el águila vuela por encima de ella. 

El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente la usa  para levantarse mucho más alto que ella, y así usar los vientos que vienen con la tormenta.
 Las tormentas, los hornos de fuego, los vientos recios, inevitablemente llegarán a nuestra vida. Es cuando podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe en Dios. 

Dios nos advierte que pasaremos por muchas dificultades en esta vida, pero también nos promete que Él estará en cada una de esas situaciones con nosotros  y es ahí, en ese momento crucial de nuestra realidad, que tendremos que tomar una decisión trascendental o quedarnos en el centro del tornado, o usar la fuerza de ese  mismo viento para impulsarnos hacia las alturas del monte santo, sabiendo que si logramos escalar a los lugares altos, estaremos a salvo, y no solo eso, sino, seremos espectadores de las maravillas que el Señor hará no sin antes haber permitido que aprendamos la lección que Él quiera enseñarnos es en esos momento cuando necesitaremos los ojos de Dios, los ojos del don de la fe ya que sin ese precioso don, es imposible sobrevivir a cualquier dificultad lo único que puede mantener a un hijo de Dios sobre las alturas en medio de las pruebas, es ese don inefable dado únicamente por su Santo Espíritu.

Romanos.12:3 dice; que conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno  ¿cuál será la porción de fe que Él te ha dado? ¿Te has preguntado alguna vez sobre este asunto?  ¿Sabes por qué es importante preguntarnos sobre esto?  Porque solo así podremos comprender a quien acudir por ayuda en los momentos de la tormenta.

Las tormentas no tienen que pasar sobre nosotros. 
Debemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de las tormentas en nuestras vidas dandonos fortaleza para que podamos volar sobre ellas.

Tienes dos opciones, o te quedas revoloteando debajo de las dificultades, envuelta en un mar de problemas o extiendes tus alas, y subes sobre la tormenta, hacia el monte de Dios. ¡Tú decides!
 Recuerda, no son los pesos de la vida que nos llevan hacia abajo, sino el cómo los manejamos.
 Isaías 43:2  (RVR1960)
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 

Semillas de Vida
Elsa de Morán

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